Una parte de El Teleférico, en el olvido


Las instalaciones aledañas a El Teleférico, en La Comuna, muestran los efectos del paso del tiempo: óxido, polvo y maleza cubren parte de la infraestructura que fue inaugurada en el 2005.

Los turistas que visitan este sitio deben recurrir a los guardias u otras personas para pedir información. Inessa Peternel, turista canadiense, fue el viernes pasado para conocer este atractivo turístico de la ciudad. Al descender del bus, que transporta a los visitantes desde la avenida Mariscal Sucre (Occidental) hasta uno de los ingresos, preguntó qué camino debe tomar. 


En ese punto, no hay letreros para orientar a los visitantes. "No está claro por dónde se debe ir", dijo. 

En este punto, el acceso más cercano son unas gradas. Esta turista y su acompañante Robert subieron para llegar hasta El Teleférico. Ante la falta de información se dejaron guiar por el sentido común. Mientras los visitantes ascendían por una pendiente, en el trayecto se observó que los locales que, en un inicio, estaban destinados para el servicio de restaurantes o tiendas de artesanías permanecen cerrados. En la parte baja hay 12 que no están abiertos al público. 

Solo funcionan dos: una cafetería y un almacén para comprar recuerdos. En los costados del sendero que conecta el parque de diversiones (Vulcano Park) con El Teleférico se nota también la falta de mantenimiento. Las barandas de protección están destruidas y cubiertas de óxido. Las gradas eléctricas no funcionan. Entre los adoquines ha crecido maleza: césped y chilca. 

En cambio, en las otras áreas verdes y jardineras aledañas hay plantas que están marchitas. Junto a esta zona que parece olvidada, se encuentra la estación de embarque de El Teleférico. 

Desde allí parten las tarabitas que transportan a los visitantes hasta la parte alta, Cruz Loma (4 050 msnm). Cuentan con 18 cabinas, pero están operativas 16. Las otras se encuentran en mantenimiento. 

En cada una se pueden embarcar hasta seis personas. El traslado dura 18 minutos. Cada cabina desciende cada 78 segundos. Eso permite transportar, en promedio, hasta 400 personas por hora, pero en esta temporada la cifra de usuarios es alrededor de 500 por día. 

Cuando se inauguró el parque y El Teleférico, un promedio de 8 000 y 10 000 personas acudieron al lugar. 

De ellas más del 50% viajaron en las tarabitas. A medida que se asciende, los visitantes tienen una vista panorámica de la ciudad. Las edificaciones del sur, centro, norte y valles parecen pequeñas al lado de las elevaciones. En días despejados, incluso, se observa la cumbre del Cotopaxi, Ilaló y Cayambe.

La vista que se aprecia desde las alturas es sin duda el atractivo de los turistas. Sin embargo, la falta de servicios y señalización también se repiten en Cruz Loma. Gerardo Pérez y Maggie González, turistas venezolanos, mientras observaban el paisaje de la cordillera sentados en una banca de cemento, mencionaron que durante el paseo observaron que las instalaciones están descuidadas. "Hace falta mantenimiento y atractivos para los visitantes".

La opción de la comida también les resultó limitada. En el sitio solo hay dos cafeterías. Una está dentro de un centro comercial, en cuyo ingreso hay una alfombra que perdió los tonos originales. Ahora es gris, por todo el polvo acumulado. También existe una tienda para adquirir fotografías de recuerdo. Hay servicios sanitarios que para usarlos se debe pagar USD 0,50. 

Desde este punto, las personas pueden también mirar de cerca el paisaje a través de dos binoculares. Funcionan con USD 1, pero el que se encuentra en la parte exterior no sirve. La estructura metálica está oxidada y rota. Los cinco locales aledaños tampoco prestan ningún servicio, tienen las paredes cubiertas de grafitis. El deterioro de estas instalaciones de El Teleférico fue constatado también por el presidente Rafael Correa. 

En el enlace del 10 de agosto mencionó que se analizará los fideicomisos para poder intervenir en su rehabilitación. Para Galo Hidalgo, gerente de Pro Status S.A. (empresa encargada de la administración de los locales y espacios aledaños a El Teleférico), señaló que se está coordinando con el Municipio para buscar alternativas de uso a las instalaciones abandonadas. Mientras se trabaja en el arreglo de las jardineras y se pinta la infraestructura. Se estima que de los 14 000 metros de construcción que bordean El Teleférico, 4 000 están subutilizados, por eso no se las arregla. "Por allí no pasan los turistas", comentó.
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Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO 

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