Después de clases, Martha P. no quiere saber de otra cosa que no sea acostarse y dormir. Hace un año ingresó al Centro de Rehabilitación Femenino de Quito y cuenta que antes la idea de estar prisionera no la dejaba conciliar el sueño. Toma en sus manos el rosario de la virgen de El Carmen que cuelga de su cuello. Cuenta que ella nunca la abandona. Quiere ser administradora de empresas y ahora un proyecto de estudios superiores de la Secretaría Nacional de Educación Superior (Senescyt) le da esperanzas.
Es contadora de profesión. Una demanda silenciosa de la empresa donde trabajaba la mantiene cautiva y sin poder ver a sus familiares a sus 54 años. Pero no pierde la sonrisa. Está contenta con las clases de nivelación académica que le dan dos profesoras de la Escuela Politécnica del Ejército desde el 18 de octubre. Dice que así se distrae estudiando. La Senescyt y el Ministerio de Justicia desarrollaron un programa de estudios para las internas.
El propósito es que las estudiantes se nivelen en estas semanas y puedan rendir el Examen Nacional para la Educación Superior (ENES) el 24 de noviembre. En el curso de Martha hay 36 postulantes. En total 60 eran bachilleres en el Centro de rehabilitación, en donde están 540 privadas de la libertad. Las sillas están acomodadas en forma de U en uno de los salones de la planta baja. Martha y sus compañeras tienen puestos asignados. Ingresan. Colocan sus cuadernos de la Espe, un lápiz y un borrador sobre el escritorio mientras esperan a la nueva profesora.
“Nos dan unas hojas para que repasemos preguntas de inteligencia general”, dice una de las internas que prefiere no revelar su nombre y que está detenida desde hace dos años. La idea de tener un título la ilumina. “No pude estudiar, no tenía los medios y solo me gradué del colegio”. Las clases empiezan a las 16:00 y terminan a las 21:00. Las clases las alejan de su realidad, aunque la incomodidad del hacinamiento les impide incluso poder repasar en las noches.
Martha, por ejemplo, amarra una sábana del foco de la habitación para leer y no molestar a su compañera de celda. “Por suerte duermo en la cama superior. Llegamos a un acuerdo pero siempre hay que sacrificarse cuando se quiere obtener provecho”. Antes del 18, les tomaron un examen de orientación vocacional. Les ofrecieron cuatro carreras que se pueden seguir a distancia en la Espe: Finanzas y Auditoría, Marketing, Turismo y Ciencias de la Educación. Flor, otra de las detenidas y que reserva su apellido, quiere seguir turismo.
Ella es ingeniera en Mercadotecnia y junto a su hermana fundaron una empresa. Hace un año están detenidas sin sentencia por supuestos documentos falsos y su audiencia de formulación de cargos se ha suspendido 24 veces. “Es duro, llorábamos todo el tiempo. Decidimos seguir adelante, queremos estudiar esto porque enriquecería a nuestra agencia de viajes que tengamos un título en Turismo”. La nueva profesora llega. Su nombre es Ximena Tapia y antes ella había tomado el examen vocacional. “Están bastante avanzadas. La primera vez que vine estaban un poco perdidas, sin saber qué escoger y desactualizadas. Ahora las veo mucho mejor y entusiasmadas”, relata durante el receso que tienen de 17:00 a 18:00 para recibir la merienda.
Luego de la comida, las prisioneras que no tienen clases deben retirarse a sus celdas, las cuales se cierran con aldaba a las 21:00. Las pruebas OTIS (de conocimientos generales) serán evaluadas en estas semanas. Las estudiantes tienen que rendir el ENES de forma general como los otros postulantes a escala nacional y deberán obtener mínimo 800 puntos. Para Isabel Cruz, subsecretaria de Fortalecimiento del Conocimiento y Becas de la Senescyt, es un gusto ser parte del proyecto, que demuestra que el Estado trabaja en conjunto para alcanzar metas realmente importantes, “al brindarles oportunidades diferentes a las que pueden encontrar en otro lugar” como un comienzo de un futuro profesional para las internas. Cruz participó en la inauguración de la nivelación académica, el 18 de octubre. Martha está nerviosa.
Repasa todo el día. En la mañana sigue un curso de panadería, pero tiene fe en que su carrera la ayudará cuando por fin sea libre. Las pruebas Los exámenes que rendirán las internas serán computarizados y podrán conocer sus calificaciones rápidamente.Los exámenes serán únicos. Cada semana hacen una prueba de práctica. Reciben clases de lunes a viernes desde las 16:00 hasta las 21:00. Los sábados son en la mañana, desde las 08:00 hasta las 12:00. 60 BACHILLERES son las que están privadas de la libertad en el Centro de Rehabilitación de Mujeres .
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